Después de un repintado exterior por parte de las profes Carmen y Paola (a las que gustósamente ayudó Hugo) y del asesoramiento y ayuda de Pili (como much@s sabéis, maestra en estas lides) montamos la muralla del castillo. Lo que no os podemos afirmar es que la biblioteca sea ya un espacio para mirar cuentos y relajarse... pero sí que ¡todavía sigue en pie!
En las fotos podéis ver, además de a Pili y Paola, a Raquel, la hija de Ana (profe del aula del grupo B) que fué la que probó los trabajos realizados.
1 comentario:
Sí, sí, sonrié Paola, que dentro de poco vas a echar de menos a tus trastolillos!!!
Venga, va, que ya se que es por una buena causa ;-)
Nosotros también te vamos a echar de menos a ti :-(
Publicar un comentario